Hay regresos de esta patria
como habrá otoño
y en palidez morirán estos senos
inútil esa cabeza
girará entonces
en una risa loca de invierno
y hay que volver
por un paseo con verjas historiadas
buscar palabras que emplacen otra huida
retener manos estar dispuesto
a creer que todo sería diferente
si cruzáramos la noche del olvido
(...)
Las huidas. Manuel Váquez Montalbán
Hasta el momento dos son para mí los escritores que se han ganado un asiento en el comedor del Parnaso con su literatura gastronómica, Cunqueiro y Vázquez Montalbán. Solos ellos (a mi modesto entender ) han logrado fabular la cocina con una prosa deslumbrante que se pasea del barroquismo a la sencillez confundiendo ficción y realidad como en la mejor de las propuestas gatronómicas posibles. De una cultura inabarcable, como inspirados por caldos de fabulosos poderes, han sido capaces de provocar en el lector la misma reacción que un plato magistral, que se confundan los sentidos, se aturda el entendimiento y se abandone uno a la deriva del goce más profundo.
Hace diez años que Manolo Vázquez Montalbán desaparecía, esta mañana leía este artículo y me vinieron a la mente algunas de esos textos gastronómicos. No hay escapada a Barcelona que no recuerde a Marsé y a Montalbán, ni que pierda la oportunidad de probar unas alcachofas en una de las tantas formas en las que tan bien las preparan.
Ingredientes:
- 2 puñados de almejas, que dejaremos durante dos horas en agua con sal y les cambiaremos por lo menos una vez el agua en este proceso para que pierdan la arena.
- 2 dientes de ajo.
- 2 guindillas de cayena.
- 1 tarro de alcachofas confitadas en aceite (o alcachofas naturales)
- 1 cucharada sopera de harina.
- 1 vasito de vino blanco.
- 1 vasito de caldo de pescado.
- perejil.
Encontré en una tienda unos tarros de alcachofas confitadas en aceite de oliva y no me pude resistir y esta me pareció una buena manera de degustarlas. La forma tradicional de este plato se hace con alcachofas naturales, que también es una magnífica opción. En una sartén con un fondo de aceite (yo aproveché el de la conserva) doramos un diente de ajo bien picado. Añadimos la cucharada de harina que se cocine un poco, el caldo de pescado y las alcachofas y dejamos que se mezclen sabores a fuego bajo mientras preparamos las almejas.
En una cazuela doramos el otro diente de ajo picadito y las dos guindillas. Añadimos las almejas, cubrimos con el vaso de vino y tapamos unos minutos para que evapore el alcohol y abran las alemejas. Añadimos entonces las alcachofas y su salsa y mezclamos todo bien. Dejamos unos minutos a fuego bajo para que se integren bien todos los sabores. Un poco de perejil fresco picado y listas para comer.
madre mia que pinta!! tienen que estar riquísima!
ResponderEliminarbesos!
En todas las novelas del afamado detective creado por V. M. aparecían recetas. Recuerdo ahora unas berenjenas gratinadas con bechamen, jamón y gambas. Salud.
ResponderEliminarCunqueiro, Montalban, Marsé y...alcachofas. Que divinidad.
ResponderEliminarRefiriéndose al bacalao, Josep Pla decía: “cumple con su obligación incluso después de haber sido convertido en una mercancía reseca, fibrosa y momificada. El bacalao es susceptible de resucitar, cosa que no es nada frecuente ni corriente en otros alimentos. La resurrección de la gallina ocurre gracias a las croquetas”
Al igual que te pasa con ellos, me sucede a mi con Josep Pla y no puedo dejar de recordarlo, cada vez que pruebo una sopa de cebolla, que se inmortalizo gracias a él y que según contaba, era el mejor "antiresaca" y que compartía con amigos de generación , entre ellos Dali.
La literatura, un ingrediente perfecto en la cocina.
Muy buena entrada, como siempre
Me gusta tanto esta entrada me gustas las alcachofas, las almejas y sobre todo, Manuel Vázquez Montalbán. Para mí en número uno en todo, prosa, poesía, clarividencia...cuánto se le echa de menos!!!!.
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