viernes, 14 de junio de 2013

Focaccia simple y una falsa fondue.

Il pane, e  non la pasta, era il cibo principale dei contadini. Nei periodi di magra perfino il cacio, classico companatico delle fattorie con ovini, scarseggiava; ma la fame a Mosè non si fece mai, nemmeno negli anni di guerra -anche allora, il nostro frumento e le nostre olive bastarono a sfamare tutti. Ogni settimana si panificava per le cinque famiglie che vivevano nella fattoria, più i garzoni. In estate eravam di più, perché anche noi mangiavmo esclusivamente il pane di Mosè.

Un filo d'olio. Simonetta Agnello Hornby.


No me digáis que no son maravillosas las lenguas, "companatico", una palabra para definir lo que se come con pan. Fantástico.
Pedro me regaló diferentes sales aromatizadas (grazie mille ancora una volta), entonces pensé en qué platos me gustaba tropezarme los granos de sal, quería dar con alguna propuesta que me permitiera además apreciar los sabores y aromas con las que estas sales venían aderezadas. Me vino rápidamente la focaccia a la cabeza, con sus sabor intenso a aceite, crujiente por fuera y tierna por dentro y con esos escamas de sal  que te dejan un ligero picor en los labios. Me decidí por "flor de sal con orégano, ajedrea, romero, tomillo y hierba de limón (más italiano casi imposible). La troceé y la acompañé de una "falsa fondue", un Camembert relleno al horno que podéis encontrar pinchando aquí.
Para la focaccia:

Las cantiades de agua y harina variarán dependiendo de la absorción de nuestra harina, hay que ir tanteando.
- unos 900 gr. de harina.
- 25 gr. de levadura fresca.
- sal gorda (en mi caso utilicé unos cristales de sal aromatizados, si utilizáis sal normal podéis añadir romero para perfumarla)
- aceite de oliva (mejor de sabor potente) unos 80 ml
- 450 ml de agua.

Colocamos la harina en forma de volcán. Disolvemos en agua templada la levadura y vertemos en en el centro de la harina. Comenzamos a mezclar poco a poco integrando harina en el agua. Antes de obtener una masa con consistencia, cuando todavía sea una especie de engrudo, añadimos un generoso chorro de aceite. Continuamos integrando bien la harina y comenzamos a amasar. Amasaremos durante unos diez minutos.
 Hacemos una bola con la masa, le hacemos un corte en forma de cruz, cubrimos con un paño y dejamos levar mínimo media hora.
Preparamos una bandeja de horno forrada con papel de cocina. Sobre el papel echamos otro chorretón generoso de aceite de oliva y con la mano extendemos por toda la superficie.
Recuperamos la masa, la colocamos en el centro de la bandeja y con las yemas de los dedos comenzamos a hacer los característicos agujeros en la masa, a la vez que la vamos estirando y dando la forma deseada.
Volvemos a regar con aceite de oliva, el aceite se irá colando por los pocillos de la masa. Salpicamos un poco de agua nuestra masa y finalmente le añadimos la sal gruesa. El aceite, con mayor densidad se colocará en la superficie de las gotas de agua y cuando estas se evaporen en el horno quedarán unos pocillos blancos en la masa simplemente deliciosos.
Horneamos a 200º hasta que coja color.

5 comentarios:

  1. "...y con esos escamas de sal que te dejan un ligero picor en los labios" me has convencido, póngame un par, Mediterráneo en estado puro.
    Buen finde

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  2. uauhhhhhhhhhhhhh convencida, ya sabes que esta te la copio no sé que sal utilizaré, me apasiona. Grazie Amore, jijiji

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  3. Qué divina, parece bizcocho. Nunca he probado y esta receta me parece ideal para la 1ª focaccia, nos envuelves demasiado bien. Un beso.

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  4. Como me ha gustado y que esponjosa se ve esta Focaccia, divina de la muerte, besos
    Sofía

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  5. Menudo "matrimonio a la italiana", focaccia con camembert! , veramente buono!!!

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