lunes, 14 de diciembre de 2015

Sopa de miso.


Empezamos a tratarnos cuando coincidimos, hace unos cuantos años, en una taberna frente a la estación. El maestro estaba sentado en la barra, tieso como un palo.
- Atún con soja fermentada, raíz de loto salteada y chalota salada- pedí, y me senté en la barra. Casi al unísono, el viejo estirado que estaba a mi lado dijo:
- chalota salada, raíz de loto salteada y atún con soja fermentada.
Al darme cuenta de que teníamos los mismos gustos, me volví y él también me miró.
(...) A veces salíamos de una taberna y entrábamos en otra. En otras ocasiones, nos despedíamos pronto y cadda uno volvía a su casa. Algunos días visitábamos tres o cuatro tabernas distintas.

El cielo es azul, la tierra blanca. Una historia de amor. Hiromi Kawakami



Ángeles Caso dijo de El cielo es azul, la tierra blancaUna historia de amor: "es una de las historias de amor más bellas que he leído en mi vida. No me refiero a unos de esos amores cursis que proliferan tanto en cierto tipo de libros, sino a algo mucho más profundo y real, la lenta y sólida relación de dos seres solitarios, necesitados el uno del otro, capaces de encontrar la ternura y compartirla con el amado en medio de los más pequeños gestos cotidianos, comer, beber, dar un paseo, sentarse junto a una ventana en la oscuridad"
Así que de de esto va esta receta, de recuperar los placeres tranquilos o de cómo compartir una sopa.

Ingredientes:
- Caldo de sopa de miso. Ante la imposibilidad de encontrar los ingredientes para hacer el caldo dashi compré uno elaborado y ecológico.
- alga wakame deshidratada.
- tofu fresco al ajo y perejil.
- setas shitake.
- sésamo.

En una sartén tostamos una cucharada de sésamo, lo retiramos y reservamos. Añadimos en la misma sartén una cuchara de aceite y cuando esté bien caliente salteamos las setas cortadas en rodajas gruesas.
Calentamos el caldo a temperatura suave y añadimos las algas dishadratas. Cuando estén las algas hidratadas y el caldo a punto de hervir añadimos las setas saltedas, el tofu cortado en cubitos y el sésamo.
Una sopa para entonar el estómago y una buena historia para engañar al invierno.