lunes, 27 de junio de 2011

Trenza de enfilada.

- Señora Campa,... Señora Campa... un poco de caridad, no juzguemos al prójimo ligeramente- dice.
Y moja su tostada en el chocolate. El chocolate de la señora Campa es bueno. Se lo envían del Molinón, una casa de Oviedo que tiene fama de fabricar los mejores chocolates del Principado. También la tostada de Pepa Doncel es buena. Ella misma prepara las tostadas cuando la visita el cura, la maestra vieja o alguna personalidad importante de la villa. Al cura le gustan las tostadas y el chocolate de la señora Campa y le place saborearlos en su casa, en tanto vela por la salvación de su alma.

Dolores Medio, Historia de una maestra.







Hay historias que empiezan a trenzarse antes de que nosotros lleguemos a tener conciencia de que eso que algunos llaman destino no son sino vueltas del camino por el que hemos de pasar más de una vez. Es difícil para los descreídos intentar comprender cómo el tiempo va tejiendo y destejiendo a su antojo y cómo las casualidades a veces parecen más bien acciones, tan bien articuladas, que serían dignas de la novela perfecta.
Por San Roque, siesteando después de las fiestas de Oviñana, Marina y yo destrenzamos una de esas historias. Para tirar del hilo bastó un comentario tonto sobre nombres extraños, cuando su abuelo que trabajaba en el jardín, intervino en la conversación. En ese momento todos cogimos un cabo de la cuerda y acabamos de trenzar la historia que había comenzado más de cincuenta años atrás, cuando dos niños que resultaron ser nuestros abuelos compartieron pupitre. Recordaban todavía una amistad especial que el comienzo de la guerra truncó. No supieron más el uno del otro hasta ese momento en que sus dos nietas trenzaban ya su propia historia.
Esos días en Oviñana hubo verbenas, playa, paseos, comimos el arroz con leche riquísimo y esta enfilada que hacía su abuela.
Todo sigue su curso, queda un mes para San Roque, han pasado muchas cosas desde entonces y aquí estamos, trenzando...


Ingredientes:

- 750 gr. de harina
- 150 gr. de mantequilla.
- 15 gr. de levadura.
- 3 huevos.
- 200 gr. de azúcar.
- 1 cucharadita rasa de sal
- 1 copina de anís.








Elaboración:

Batimos los huevos con el azúcar hasta que queden espumosos, añadimos la mantequilla derretida y el anís. Disolvemos la levadura en un pocillo de leche templada y añadimos la sal. Lo añadimos a la mezcla de los huevos. Es el momento de añadir la harina e ir amasando. Para este proceso utilicé la panificadora en el programa de amasado, que incluye un par de levados con algo de temperatura. Si lo hacemos manual, después de amasar hasta conseguir que no se nos pegue a los dedos,  dejamos levar la masa entre 6 y 8 horas en un lugar seco y sin corrientes. Pasado ese tiempo recuperamos la masa, trenzamos y pintamos con huevo batido. Dejamos una hora más de reposo la trenza en el horno a 50º. Finalmente horneamos a 150º  entre 40 minutos y una hora. En mi caso hice la trenza demasiado corta por lo que en el horno al coger volumen tomó forma más bien de hogaza. Por eso creo que también me llevó casi una hora de horno y no los 30 minutos que decía la receta.












martes, 21 de junio de 2011

Clafoutis salado de tomates confitados, feta y alcaparras.

Nuestras meriendas, almuerzos o comilonas campestres tuvieron lugar en todos los rincones, ya soleados, ya umbrosos, del Prospect Park. No puedo recordar exactamente cuántas de estas salidas hice con Sophie (media docena, por lo menos), ni me vienen tampoco con mucha claridad a la memoria los muchos sitios en los que estuvimos echados sobre la hierba: las rocosas oquedades, las veredas y los apartados senderos adonde llevábamos nuestras grasientas bolsas de papel marrón, nuestros cartones de medio litro de leche, amén de la antología de poesía americana de Oscar Williams (...)

W. Styron, La decisión de Sophie.





Son los únicos puntos de luz en una historia tan terrible como hermosa, las escapadas de sus protagonistas a Prospect Park y a las playas de Long Island, huyendo de la ciudad. A veces no es suficiente una nueva oportunidad, bastaría solo que la primera no hubiera sido tan terrible y cruel, condenados a elegir cuando en realidad la elección ya estaba hecha de antemano.

Esta receta es mi aportación al concurso "Comida para llevar" que organiza Sabores de colores en colaboración con Valira.




Clafoutis:
Para el falso clafouti (porque el original es de cerezas y dulce), haremos la base siguiendo la receta del dulce  y omitiendo el azúcar. Para la receta pinchad aquí.
Engrasamos el molde, yo hice cuatro individuales de ración. En el fondo disponemos los tomates cherry confitados, las alcaparras y el queso feta desmigado. Rellenamos los moldes con la base líquida.
Introducimos en el horno precalentado a 180º durante unos 15-20 minutos.



Los tomates confitados son una solución muy práctica para ensaladas, tortillas, platos de pasta, lasañas frías... Lavamos y secamos los tomates y los hacemos a fuego bajo en una sartén con un fonde de aceite y romero fresco. La temperatura del aceite debe estar en torno a los 70º. Es la manera de que se hagan sin deshacerse. Nos aguantan una semana por lo menos en la nevera, en un tarro y con los jugos que soltaron.
























jueves, 16 de junio de 2011

Sopa de tomate y langostinos


El sol estaba a punto de desaparecer tras las colinas que limitaban la vista hacia el oeste. El tiempo era magnífico. En la parte opuesta, por encima del mar donde el noroeste y el este confundíanse con el cielo, unas nubecillas reflejaban los últimos rayos del sol de poniente, que no tardarían ya en desaparecer entre las sombras del crepúsculo, bastante duradero en el grado cincuenta y cinco del hemisferio austral. 

Julio Verne, El faro del fin del mundo.







En aquel mismo instante resplandeció una luz vivísima en lo alto del faro, construido a tiro de fusil en la parte posterior de la bahía de Elgor, donde había fondeado el Santa Fe.
La isla estaba desierta, pero quizás no hubiera sido inhabitable, por lo menos durante los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, pero en aquella latitud corresponden a la estación del verano.

Julio Verne, El faro del fin del mundo.






¿Quedará alguna isla desierta?

Aquí el buen tiempo es un espejismo, estos días el sol asoma y desaparece, hay mañanas luminosas y tardes a media luz. Así que todavía se agradecen platos de cuchara. Esta sopa de tomate y langostinos puede comerse templada, incluso en frío. Tiene un toque picante y el tomate la hace ligera, no tiene la contundencia de una sopa de pescado, pero el sabor de los langostinos está muy presente.

Ingredientes:

- langostinos.
- dos cabezas de ajo.
- unos granos de pimienta negra.
- una rama de apio.
- una cebolla.
- una zanahoria.
- una guindilla.
- 1 kg. de tomates muy maduros.
- medio vaso de vino blanco.
- sal.

Preparación:

Preparamos un caldo con las colas y cabezas de langostinos, los granos de pimienta, la zanahoria, la cebolla y el apio. Cubrimos de agua. Si se hace en una pota lo dejamos una hora, yo lo hice en la olla rápida así que en unos 15 minutos estaba listo.
En una sartén con un fondo de aceite ponemos a dorar las cabezas de ajo cortadas a la mitad y una guindilla. Cuando el ajo empiece a dorar retiramos la guindilla y añadimos los tomates pelados y cortados muy finos. Dejamos que se hagan a fuego bajo durante unos 30 - 40 minutos, se trata de conseguir una salsa de tomate, así que dependerá de lo maduros que estén y la cantidad de agua que tengan para que se hagan más o menos rápido. Cuando haya reducido añadimos el vino blanco y aumentamos el fuego para que se evapore el alcohol. 
Colamos el caldo de langostinos y lo añadimos a la salsa de tomate. Se trata de una sopa de tomate así que echamos bastante hasta conseguir la densidad que queramos. añadimos ahora lo langostino para que se hagan en la sopa y reservamos uno por comensal que haremos a la plancha para montar el plato.
Adornamos con unas hojas de perejil o apio. 








martes, 14 de junio de 2011

Repollo relleno.


Como el pueblo pertenecía a una zona de mineros, las cartillas de racionamiento eran generosas, porque se entendía que resultaba necesario aumentar la alimentación. La maestra tenía derecho también a una ración doble, y esa idea le hizo concebir a mi hermana la ilusión de llevar a rajatabla el consejo del doctor Cossío, reposo absoluto y buena alimentación. Pero el secretario del ayuntamiento se la negó. Se limitó a dejarle claro que lo sabía todo, su republicanismo, el castigo y la rehabilitación, un destino vigilado fuera de Asturias.

Luis García Montero, Mañana no será lo que Dios quiera.




Le estoy cogiendo gustillo a esto de colarme en las historias, una especie de personaje Dickensiano que deja la comida preparada cuando uno se despierta, que le quita a uno la preocupación que le impedía ir por la vida con la tranquilidad que se merecen los justos. Quería preparar además otra receta asturiana para Aliter Dulcia, porque cuando busqué la primera pasé unos días revolviendo en las recetas familiares y me costó decidirme por una. Así que este repollo relleno va para la hermana del poeta Ángel González, que cuando perdió su destino de maestra atravesó Pajares en un carro con su madre y su hermano, enfermo de tuberculosis. Salieron de esa y así se lo contó el propio Ángel González a Luis García Montero para el libro que éste preparaba sobre el poeta asturiano.
 Aquí está la ración que entonces les negaron.

Para el relleno:

Chamón guisado. El chamón es una carne de ternera muy sabrosa y jugosa, creo que es la que llaman también morcillo, aunque no estoy muy segura. Se sella la pieza (la guisamos entera), en una pota con un fondo de aceite y se retira y reserva la carne. En el mismo aceite sofreímos dos cebollas, 1 pimiento rojo y una par de zanahorias cortados bien menudo. Volvemos a meter la carne, añadimos un chorro de coñac y un vaso de agua y dejamos guisar a fuego bajo hasta que esté tierno. Pasamos la salsa por el pasapuré para volverla más fina. El chamón se puede comer así, cortado en rodajas y con patatinas fritas. Buenas eran las abuelas para desaprovechar un resto, así que con  esta base se pueden hacer infinidad de platos, una empanada de carne, croquetas, un plato de pasta o rellenar unas hojas de repollo como en este caso.
Para el relleno utilizaremos la carne desmigada y la ligaremos con un poco de bechamel.
En agua hirviendo hacemos las hojas de repollo, que queden hechas pero firmes, fuertes, para que no se nos rompan.
Sacamos las hojas, las escurrimos bien, y colocamos en la parte central unas cucharadas del relleno. Cerramos los paquetes.




Para la salsa:

En una sartén con un fondo de aceite doramos un ajo bien picado, añadimos una cucharada de harina y una cucharadita de pimentón dulce. Rehogamos bien. Echamos ahora un chorro de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Añadimos un poco del caldo de cocer el repollo y dejamos que reduzca la salsa.

Pasamos los rollos de repollo por harina, huevo batido y los freímos. Sacamos y napamos con la salsa.






El mal y el bien dependen de cada uno, forman parte de la conciencia y de la condición humana. Pero hay situaciones en las que el mal y el bien se convierten en formas de entrar en sociedad, de tomar partido, y se confunden con la autoridad o la complicidad. Ya no se trata de ser buena o mala persona, sino de dejar claro a qué bando se pertence, qué valores se respetan, qué jerarquía es necesaria para que el mundo se mueva en la dirección correcta.

Luis García Montero, Mañana no será lo que Dios quiera.

sábado, 11 de junio de 2011

Empanada de berberechos y pan de millo de Leo Caldas.

Por razóns de traballo, Caldas fora nalgunha ocasión á lonxa de Vigo. Sempre o sorprendía o bullicio das poxas, a trasfega de barcos, caixas, camións e xentes. Gustáballe escoitar os berros e as risas dos homes do mar e saber que fóra da cidade durmía indiferente ao desvelo daquelas criaturas nocturnas. Con todo, na lonxa de Panxón só alteraba o silencio o rumor das ondas ao romper na praia, e imaxinou que era o cadáver aínda quente de Castelo quen os mantiña calados.

Domingo Villar, A praia dos afogados.










Mira que me lo advirtió Félix Grande, uno no debería volver al sitio donde una vez fue feliz, pero no necesito hacerme las tres horas de coche que ahora me separan de Vigo para soñar que subo Urzaiz en una mañana despejada, acalorada y feliz, agradeciendo ese verano prematuro que a otros se les niega. Urzaiz arriba y abajo, como una cicatriz al sol, del Calvario al Berbés, esa arteria de vitalidad desbordante que vertebra la ciudad, que te empuja hacia el puerto. Bajar Urzaiz en moto, cerrar un segundo los ojos y abrirlos para descubrir la ría, buscar el refugio del calor en la Alameda, escapar de la ciudad hacia las playas... Y aunque los años más felices tienen que estar siempre por llegar a aquellos vuelvo una y otra vez como recuerda F. G. "girarás entorno errabundo/ alrededor del desastre entrañable/ como girase un perro ante la tumba de su dueño".
Ahora me conformo con seguir los pasos de Leo Caldas por Vigo, reconozco cada parada, cada lugar. Domingo Villar confiesa, que escribiendo desde Madrid, es esa su manera de desafiar la distancia. Así que como dos sombras seguimos al comisario y recuperamos parte de nuestro pasado, quién sabe si un día nos sorprenda, con un vino en la mano y un trozo de empanada en la otra, celebrando la vuelta, porque "sabes que volverás, que te hayas condenado/ a regresar, humilde, donde fuiste feliz./ Sabes que volverás/ porque la dicha consistió en marcarte/ con la nostalgia, convertirte/ la vida en cicatriz"






Ingredientes para la masa:

- 350 gr. de harina de maíz.
- 150 gr. de harina de trigo.
- 1 taza de agua.
- 40 gr. de levadura fresca.
- sal

Para el relleno:

- 1Kg. de berberechos.
- 3 cebollas medianas.
- 1/2 pimiento rojo
- una cucharadita de pimentón dulce.
- sal


Elaboración:

La receta original lleva también harina de centeno, que yo no conseguí. La proporción sería entonces de 300 gr. de maíz, 150 gr. de centeno y 50 gr.  de trigo pero yo reajuste las cantidades. Mezclamos las harinas y añadimos la sal. Hacemos un volcán con las harinas y en el cráter volcamos el agua tibia donde habremos diluido la levadura. Amasamos bien, es una masa torpe de trabajar, si amasamos con las manos empapadas en agua resulta más fácil.
Dejamos reposar mínimo una hora en un lugar seco, cálido y sin corrientes. Yo suelo dejar las masas reposar en el horno e incluso con la luz encendida.
Mientras preparamos el relleno; freímos la cebolla picada bien fina y la mitad de un pimiento rojo, salamos. cuando esté hecha (sin que nos quede muy dorada), añadimos el pimentón y retiramos del fuego.
Los berberechos son de las cosas más ricas que hay, un sabor a mar tan concentrado, basta un golpe de calor, al vapor, así solos con un Albariño ya están para morirse. En este caso, los abrimos al vapor y desechamos la concha. No los echaremos en la salsa, alternaremos las capas de verdura y marisco cuando rellenemos la empanada.
Lo más complicado de esta masa es que no se puede extender, se rompe, así que tenemos que armarnos de paciencia para cubrir el molde. Con las manos empapadas en aceite fui cogiendo unas bolas de masa que aplasté con las manos dejándolas lo más finas posibles. Como si se tratara de un puzzle vamos ensamblando los pedazos de masa hasta cubrir la base. Es el momento de empezar a rellenar; disponemos una capa de la cebolla, superponemos otra capa de berberechos y una última de cebolla. Ahora tenemos  que repetir la operación de la masa, colocando la "tapa" de nuestra empanada. Pincelamos con aceite y damos ya el corte. La masa quedará muy crujiente pero se nos deshará completamente si intentamos cortarla después de haberla horneado así que dejaremos los cuadrados ya cortados.
En el horno precalentado a 190º hornearemos una hora aproximadamente.




O sur son moitos nomes, non me esquezo de ninguén pero sobre todo son María, Lano e a súa familia, que foi a miña cando me fixo mais falta e que me reciben sempre cunha aperta. Pra eles esta receita que probei por primeira vez en Tui.



jueves, 9 de junio de 2011

Polpette di pesce di Salvo Montalbano. Albóndigas de pescado.


Polpette!! esclamò indignato il professore. "le polpette si danno ai cani!" Il commissario non si sbilanciò, il scauro che dal piatto acchianava al suo naso era ricco e denso. (...)
Montalbano ancora non aveva fatto un gesto. Pintacuda masticò lentamente, socchiuse gli occhi, emise una specie di gemito. "Se uno le mangia in punto di morte, è contento macari di andare all'inferno" disse piano.
Il commissario si mise in bocca mezza polpetta e con la lingua e con il palato principiò un'analisi scientifica che Jacomuzi poteva andare ad ammucciarci. Dunque: pesce, e non c'èra dubbio, cipolla, peperoncino, uovo sbattuto, sale, pepe, pangrattato. Ma all'appello mancavano ancora due sapori da cercare sotto il gusto del burro ch'era servito per friggere. Al secondo boccone, individuò quello che non aveva scoperto prima: cumino e coriandolo.
"Koftas!" esclamò stupefatto. (...) "stiamo mangiando un piatto indiano fatto alla perfexione"

Cammilleri, Il ladro di merendine.




Ricordo molto bene quando ho scoperto Camilleri, mia sorella faceva l'Erasmus a Palermo e per Natale mi regalò "Il ladro di merendine". Da quel momento non ho perso neanche una delle avventure del commissario. Affacciata alla varanda ho tentato inutilmente di risolvere la faccenda prima di lui, ho ringraziato il suo impegno verso un mondo migliore e più giusto anche se questo significhi spesso sorvolare sulle regole stabilite, e ho provato una certa gelosia per il suo amore per Livia. Ed ecco finalmente che ho il coraggio di mettermi in cucina per preparare una delle tante ricette sfiziose che popolano i libri di Camilleri, tuttavia questa ricetta non è proprio siciliana neppure italiana, dopo un'analisi accurata Montalbano si accorge di aver mangiato una ricetta orientale...
Con questa ricetta vorrei dare il mio contributo (non so se si possa pastecipare dall'estero) al concorso "le ricette letterarie di Andrea Camilleri".




Recuerdo perfectamente cuando descubrí a Camilleri, mi hermana estaba de Erasmus en Palermo y por Navidad me regaló "El ladrón de meriendas". Desde entonces no me he perdido ni una de las aventuras del comisario. Asomada a la barandilla de su terraza he probado inutuilmente a resolver el caso antes que él, he agradecido su empeño por un mundo mejor y más justo aunque eso signifique a veces sobrevolar las normas establecidas y he sentido algo parecido a los celos viendo su amor por Livia. Así que por fin me decido a preparar unas de las suculentas recetas que pueblan los libros de Camilleri, sin embargo esta no es propiamente italiana, después de un cuidado análisis Montalbano cae en la cuenta de que ha comido una receta oriental...
Con esta receta contribuyo (porque no sé si puede concursar desde el extranjero) al concurso "Las recetas literarias de Andrea Camilleri"



Ingredienti per le polpette:

- mollica di pane bagnata nel latte (per rendere le polpette più umide).
- sarde fresche o una lattina di sarde sottolio.
- cipolla.
- spezie orientali.
- olive.
- 1 uovo sbattuto
per friggere: del pangrattato, della farina e un uovo sbattuto

Per il sugo di yogourt ci serviranno uno yogourt greco, un limone, un pizzico di sale e un cetriolo.

Preparazione:

In una ciotola mettiamo le sarde sbricciolate, la cipolla molto trittata, la mollica di pane inzuppata nel latte e scolata bene, e le olive a pezzetti. Spolveriamo con il misto di aromi orientali e con l'aiuto di una forchetta mescoliamo il tutto affinchè si integrino bene tutti i sapori. Aggiungiamo l'uovo sbattuto e mescoliamo bene.
Facciamo le polpette e passiamo per la farina, per l'uovo sbattuto e  per il pangrattato. Friggiamo in abbondante olio ben caldo.
Se invece abbiamo le sarde fresche (o un altro pesce azzurro) possiamo friggere in padella la cipolla trittata e aggiungere dopo il pesce, ben pulito e privo di spine).
Le mie aggiunte sono state le olive e questo sugo di yogourt che allegerisce il piatto a aggiunge un po' di acidità al grasso del pesce.
Come contorno un'insalata di cetriolo spagnolo con l'olio d'oliva e un po' di basilico.




Ingredientes para las albóndigas:
- miga de pan empapada en leche y bien ecurrida.
- pescado azul, yo utilicé sardinas en aceite.
- aceitunas cortadas en rodajas finas.
- cebolla bien triturada.
- especias orientales, yo utilicé uan mezcla que me regalaron hace poco.
- 1 huevo batido

Para la salsa de yogur: 1 yogur griego, sal, limón y pimienta molida.

Mezclamos el pesacado desmigajado con las aceitunas, la miga de pan y la cebolla. Espolvoreamos con las especias y añadimos el huevo batido. Mezclamos bien y formamos las albóndigas que pasaremos por harina, huevo batido y pan rallado. Freimos en abundante aceite caliente.

Como acompañamiento una ensalada de pepino nacional con aceite de oliva y albahaca.

Esta receta es para Pachi que me trajo un montón de especias de comercio justo, en esta ocasión usé Roasted Curry Powder, tostadas, con un sabor bastante intenso y que le dan ese sabor tan caracterítico. Hacía tiempo que buscaba la ocasión y ésta es perfecta porque no sé cuántos kilómetros de territorio italiano habremos recorrido y cuantas noches de viaje. ¡¡Gracias!!

lunes, 6 de junio de 2011

Mantecado de Avilés.


- Pruebe estos bizcochos, mein Herr. Están hechos en casa.
El teniente alzó la vista y le sonrió.
- ¿Ha oído hablar de esos ciclones que se desatan en los mares del sur, señora Angellier? Si he entendido bien mis lecturas, forman una especie de círculo cuyo borde consiste en una sucesión de tormentas, mientras que el centro permanece inmóvil, de tal modo que un pájaro o una mariposa que se encontrara en el ojo del huracán no sufriría ningún daño, ni siquiera se le arrugarían las alas, mientras a su alrededor se producen terribles estragos. ¡Mire esta casa! ¡Mírenos a nosotros tomando vino de Frontignan y comiendo bizcochos, y piense en lo que está ocurriendo en el mundo!

Irène Némirovsky, Suite francesa.






Este es el mantecado de Avilés, el mismo que se asoma en las pastelerías de toda la vida,  la de Polledo en la calle Rivero y la ya desaparecida de San Francisco. El que se llevaba los fines de semana cuando se iba de visita y con la misma receta que el Bollo de Pascua, bollo con una forma única y al que se dedicó una plaza junto al Palacio de Camposagrado.

Aunque su apariencia es sencilla, como la de un bizcocho escarchado, su sabor es delicado y engañoso y digo engañoso porque uno empieza mojándolo en el café y media hora después la mantequilla ingerida causa estragos. Sólo puedo decir que es delicioso y que me trae más de un recuerdo especial.
Ahora que el Centro Niemeyer ha puesto de moda Avilés y muchos la están descubriendo y los de la zona redescubriéndola, sus pastelerías ofrecen versiones de este clásico, como los mini mantecados de  Pomme Sucre y las Nieyemitas del Parche.
Cuando Aliter Ducia, tal vez la bloggera gastronómica más conocida de Asturias, propuso para celebrar la buena andadura de su blog la elaboración de una receta asturiana me costó decidirme. Son muchas y  todas muy especiales, el pote de berzas de las abuelas, la fabada en todas sus variantes, el arroz con leche, los bollinos preñaos , las avellanas tostadas de las romerías, el incontestable cachopo... Pero haciendo balance esta me pareció especial por varios motivos. Así que os animo a venir a Avilés y si no puede ser a prepararlo en casa.

sábado, 4 de junio de 2011

Crema de limón cuajado.



Limones que calman, los más hermosos, donde Giovanni se retira a escribir porque piensa que la belleza de la mañana y de la tarde aquí se siente más. Así que cuando cierra los párpados este amarillo le permanece en los ojos en vez de la oscuridad. Y también si el amarillo es el color del espanto a él le da una energía costante y benigna.
G. Todde, Y qué amor no cambia.

















Limoni calmanti, i più belli, dove Giovanni si ritira a scrivere perché pensa che la bellezza della mattinata e del pomeriggio qua si sente di più.Così quando chiude le palpebre questo giallo gli resta negli occhi al posto del buio.E anche se il giallo è il colore dello spavento a lui mette addosso un'energia costante e benigna.
G. Todde, E quale amor non cambia.

Giovanni ha construído un muro en torno a su casa y siestea bajo el limonero. Lleva días dándole vuelta a esos versos... y qué amor no cambia...  os dejo resolviendo esta pequeña adivinanza.

Esta crema de limón cuajado, muy refrescante, tiene un punto de acidez que lo hace perfecto después de una comida copiosa. Es parecida a una crema pastelera donde la leche es sustituida por el zumo de limón. Tiene la densidad de una natilla y al contrario de muchas recetas de cremas parecidas no lleva ni harina ni Maicena, eso sí, lleva una buena dosis de mantequilla.




Ingredientes:

- 3 limones de los que aprovecharemos la piel rallada y su jugo.
- 200 gr. de azúcar glas.
- 200 gr. de mantequilla en dados.
- 4 yemas de huevos.









Elaboración:

Ponemos la mantequilla en cubitos, el azúcar glass y la ralladura de limón en un cazo que colocaremos en una olla con agua hirviendo. Mezclamos hasta conseguir una crema uniforme y vamos añadiendo poco a poco el jugo de limón. cuando consigamos de nuevo una crema uniforme vamos añadiendo una a una las yemas sin dejar de batir con las varillas eléctricas. Es importante batir rápido y lo haremos unos diez minutos aproximadamente.
Metemos en la nevera un mínimo de dos horas, donde terminará de cuajar.
La podemos tomar sola, con unas perlas de chocolate, un poco de galleta triturada, chocolate en polvo, canela... Es perfecta también para rellenar tartaletas y para untar sobre unos bollos dulces.
En ste caso fue el postre después de una asado fuerte de carne al horno, la acidez nos aligeró el estómago (o por lo menos nos dio esa sensación). Lo serví frío con las cucharillas de galleta.










 
I passeri non beccano i limoni e si vedono solo rondini che sugli alberi non vanno. (...) I limoni gli tolgono le preoccupazioni, le più leggere. (...) Vent'anni prima aveva costruito un muro intorno al giardino e l'aveva escluso dal quartiere. Da allora Giovanni Bovio respira limoni, e gli fanno bene. G. Todde, E quale amor non cambia.

G. Todde, E quale amor non cambia,