miércoles, 22 de febrero de 2012

"Chiacchiere" de carnaval.

Asola el país una pulsión coloquial que lleva a todo el mundo a un estado frenético de charlatanería,  a una multiplicación ansiosa de dúos, tríos, conjuntos, coros. Desde los pináculos de Castro Laboreiro al Islote de Monchique hierven rumores, conversaciones, voceríos, gritos que agobian y ponen a prueba la paciencia de algunos, la tranquilidad de muchos y el sentido común de todos. El parloteo es causa de innumerables despropósitos, baja productividad y desafortunadas creaciones.
Se habla, se habla, se habla, en todos los acentos, en todos los tonos y decibelios, en todas las latitudes. El país habla, habla, no para de hablar, y poco de lo que se dice tiene el mínimo interés. El país no tiene nada que decir, que enseñar, que comunicar. Lo que el país quiere es aturdirse. Y la verborrea es el medio de aturdimiento que tiene más a mano.

Fantasía para dos coronoles y una piscina, Mário de Carvalho.



Haría falta un poco de silencio para poder pensar y se debería pensar un poco más antes de hablar.

Chiacchiere de Carnaval, "charlatanerías" de Carnaval, una masa frita, croccante, un dulce italiano típico de estas fechas que comparte ingredientes y fórmula con muchos de los dulces que degustamos también por Carnaval en la Península.



Ingredientes.

- 500 gr. de harina de repostería.
- 100 gr. de azúcar.
-  50 gr. de mantequilla.
- un poco de sal.
- 3 huevos más una yema.
- ralladura de limón.
- azúcar glas para espolvorear.

Hacemos un volcán con la harina. En el cráter cascamos los huevos, ponemos la pizca de sal, el azúcar, la mantequilla y la ralladura de limón. Empezamos a estrujar con una mano mientras con la otra vamos añadiendo harina hasta amasar del todo. Hacemos una bola con la masa y dejamos reposar una media hora.
Estiramos la masa y con la ayuda de un cortador de raviolis hacemos unas tiras que freímos en abundante aceite. Si tenemos a mano la máquina cortapasta hacemos unas hojas muy finas (yo no la tenía aquí y claro, no me quedaron tan finas) y luego cortamos las tiras. Escurrimos bien de aceite antes de espolvorear con azúcar glás y listos para comer.

10 comentarios:

  1. Me recuerdan a unos fritos que preparaba mi abuelo para merendar algunas tardes, seguro que estaban muy ricos. Un beso.

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  2. Qué razón tienes...
    Había oído hablar de estos dulces pero nunca los he probado.
    Ya no tengo excusa ;)
    Por cierto, no sé si habrás visto mi entrada del sábado, ahí explicaba cómo retirar la verificación de palabra de los comentarios.
    Es mi tercer intento de dejarte este comment, blogger ha empeorado más el asunto poniendo dos palabras en lugar de una, y es terrible!!

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    Respuestas
    1. Llevo unas semanas desconectada de los blogs y todavía tengo que ponerme al día así que no sé muy bien qué es lo que está pasando pero muchas gracias por avisar. Un beso!

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  3. Las masas fritas me encantan, no puedo resistirme a hacerlas. Me las llevo.
    Un beso

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  4. Hummm... quelle merveille leur couleur et superbe, bravo!

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  5. Cuanto silencio nos hace falta! Desde luego un rincón silencioso para comerse uno de estos dulces sería perfecto!

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  6. "Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas" del rico refranero árabe.

    ¿Finas? FINISIMAS.

    Besos

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  7. Me gustan mucho... las tuyas quiero decir, que nunca las probé pero me resultan apetecibles y con esos bordes tan lindos, creo que las probaré sin tardar demasiado! Besos

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  8. No conocía este dulce y es de lo más apetecible ;). Besos.

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  9. se ven tan ligeros!!! son perfectos para rematar mi ligera cena ;)

    Salu2. Paula

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