Me puse a pensar por dónde empezaba . Llevaba pescando allí tres años, desde que nos mudamos a aquella zona. Papá solía llevarnos a George y a mí en el coche, y se quedaba esperando, fumando y poniéndonos otros aparejos si se nos enganchaban los que llevábamos. Siempre empezábamos en el puente y luego íbamos más abajo y siempre pescábamos algo. Había veces, a principio de temporada, en que pescábamos mucho. Preparé el aparejo e hice unas cuantas lazadas desde abajo del puente. (...) El arroyo era de caudal lento y no muy ancho (...) Cuando estuve lo suficientemente cerca para lanzar el sedal me puse de rodillas. En cuanto el hilo tocó el agua, picaron, pero no logré pescarlo. Noté cómo se escapa con el cebo. Luego el sedal, ya flojo, empezó a retorcerse en el agua. Puse otra hueva de salmón en el anzuelo, y lo intenté varias veces más.
El padre. Raymond Carver.
Este domingo hice los pasteis de nata o de Belêm y me sobró una plancha de masa de hojaldre casero que aproveché para hacer esta trenza salada. Admite mil variantes, cambiar el salmón fresco por ahumado, la crema de queso fresco por bechamel... Como el salmón fresco es para mi gusto demasiado graso y con un sabor fuerte, me gusta combinarlo con el queso batido o yogur y con la mostaza, que le aportan un punto de acidez.
Ingredientes.
- Un lomo de salmón, limpio de espinas.
- espinacas frescas (una bolsa).
- una cucharada de queso fresco batido, tipo yogur griego.
- un par de cucharaditas de mostaza.
- una plancha de hojaldre.
- sésamo y huevo batido para decorar.
Elaboración.
Preparamos el salmón, lo lavamos y le quitamos la piel y en la medida de lo posible las espinas.
Lavamos, rehogamos y escurrimos bien las espinacas. Mezclamos las espinacas cortadas y bien escurridas con una cucharada de queso fresco batido, no debe quedarnos demasiado líquido porque nos encharcará el hojaldre, se trata de darles un poco de consistencia a las espinacas como si se tratara de una bechamel.
Extendemos la plancha de hojaldre y colocamos un lecho de la crema de espinacas en el centro. Sobre la crema ponemos el salmón. Pincelamos el salmón con mostaza, en esta ocasión utilicé mostaza "a la antigua", de esa con semillas.
Cerramos el paquete, en este caso en forma de trenza. Barnizamos con el huevo batido y rociamos con semillas de sésamo.
Horneamos a 200º hasta que se dore el hojaldre.
Si lo servimos con una sopa fría como un gazpacho y con una ensalada como acompañamiento, un menú perfecto.
Deliciosa y super apetecible esta combinación.
ResponderEliminarMe gusta la mezcla.
estaba claro que lo que anunciabas en fcb prometía, y vaya que si prometió, me gusta muchísimo la receta, me gustan las espinacas con el yogourth, la mostaza y el salmón, genial, bsss. Ah! y tambien me gusta el extracto del libro, mis padres tambien eran pescadores de salmón, bsss
ResponderEliminarHas aprovechado totalmente ese "sobrante" de hojaldre para esta maravilla...me encanta el salmón y así mucho más! Y como amante de las letras irredenta...ya sabes que disfruto mucho de las lecturas que nos dejas.
ResponderEliminarBesos.
A mí me gusta tal cual lo has hecho, que apetecible y que preciosidad! Besos
ResponderEliminarQue buena pinta, hojaldre y salmón casan muy bien! Tienes razón, no hay nada como el Norte;)
ResponderEliminarEsa sensación de que los peces pican y son más avispados que tú, y luego sostienes la caña vacía mientras el sedal va a su bola. Bonito fragmento.
ResponderEliminarEste rollo me gusta mucho, la verdad es que el hojaldre es de lo más versatil y queda siempre fantástico. La combinación del salmón con las espinacas es siempre un acierto.
Besos
Se ve deliciosa además de la presentación tan bonita que tiene. Sin duda un plato de lo más apetecible. Besos
ResponderEliminarMaravilloso!! el salmón con las espinacas siempre funcionan bien. Ayer hice "hamburguesas" de salmón y también les puse espincas y mostaza :)
ResponderEliminarbesicos!!!
"Una noche, mientras esperaba, tuve un sueño. Dos sueños, más exactamente. En la misma noche. En el primero mi padre estaba vivo y me llevaba montado sobre los hombros. Yo era un niño muy pequeño, de unos cinco o seis años, Súbete arriba, me dijo. Y, cogiéndome de las manos, me alzó en el aire y me montó sobre sus hombros. Estaba a mucha altura del suelo, pero no tenía miedo. Él me sujetaba con fuerza. Los dos nos aferrábamos el uno al otro. Luego echó a andar por la acera. Quité las manos de sus hombros y se las puse alrededor de la frente. No me despeines, dijo. Puedes soltarme. Te tengo bien sujeto. No vas a caerte. Al oírle decir esto, caí en la cuenta de la fuerza con que sus manos asían mis tobillos. Y entonces le solté la frente. Liberé las manos y extendí los brazos a ambos lados. Los mantuve así para mantener el equilibrio. Mi padre siguió andando conmigo sobre los hombros. Yo hacía como si fuera montado en un elefante. No sé adónde íbamos. Quizá a la tienda a comprar algo, o quizá al parque, donde me sentaría en un columpio y se pondría a columpiarme." TRES ROSAS AMARILLAS (El elefante),
ResponderEliminarR.Carver.
Tu fragmento una delicia... como tu receta. Ahondar en nuestros sentimientos con nuestras lecturas.
Un beso. Flori.
Muchísimas grcias Flori por este fragmento, Carver tiene algo que revuelve dentro, casi diría como un salmón que se revuelve en el anzuelo.
EliminarMadre, qué pinta más deliciosa! Me encanta, además mi dieta me permite, menos el hojaldre, comerlo todo!!!. De cine!!. Bs.
ResponderEliminarUna pregunta.El hojaldre hay que pincharlo para que no suba?
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