Joad se acercó al fuego con el alambre repleto de trozos de conejo entre las dos manos.
- Agarra un extremo, Muley. Enróllalo en aquella estaca. Así, muy bien. Vamos a tensarla. Deberíamos esperar a que solo quedaran las brasas, pero no puedo más.
Tensó el alambre y encontró un palo con el que hizo deslizarse por el alambre los trozos de carne, hasta que quedaron sobre el fuego. Las llamas lamieron la carne, endureciendo y haciendo brillar las superficies. Joad se sentó junto al fuego, pero siguió moviendo y girando el conejo con el palo para que no se pegara el alambre.
- Esto es un banquete -dijo-. Muley tiene sal, agua, conejos. Ojalá tuviera un bote de maíz molido. No necesito nada más.
Desde el otro lado de la hoguera Muley dijo:
- Seguramente piensan que estoy sonado, por vivir así.
- De sonado nada -respondió Joad-. Si eso es estar sonado, ojalá todo el mundo lo estuviera.
Las uvas de la ira. Jhon Steinbeck.
Ingredientes:
- 1 conejo troceado.
- 4 dientes de ajo.
- 250 gr. de chalotas (unas 10 unidades)
- tomillo.
- 4 clavos.
- 1 hoja de laurel.
- sal y pimienta.
- 1/4 l. de vino tinto.
- harina.
- agua.
Salpimentamos el conejo, lo pasamos por harina y lo rehogamos en una cazuela con un fondo de aceite. Cuando esté dorado lo retiramos y reservamos. En el mismo aceite sofreímos las chalotas peladas y los dientes de ajo. Cuando cojan color añadimos de nuevo la carne, las hierbas aromáticas y regamos con el vino. Añadimos agua si fuera necesario para cubrir la carne. Guisamos una hora y media aproximadamente. Yo en este caso guisé unas patatas pequeñas cortadas a la mitad, aunque están tal vez más ricas friéndolas un poco en aceite y acabándolas de hacer con la carne.
Hola de nuevo,
ResponderEliminarNo, no creo que estés sonada cocinando cosas así...si eso es estar sonada, ojalá todo el mundo lo estuviera.
Solemos hacer una tajine de conejo, de forma bastante parecida por no decir igual. Fantástica. Buen plato otoñal.
Un abrazo
Es verdad, lo que hay que ver, oír, leer...Por cierto, yo este conejo sin conejo,es la única carne que no me gusta. Pero es una receta perfecta para un pollo, así que no la perderé de vista.
ResponderEliminarNo puedo evitar sentir un escalofrío leyendo el fragmento de esta obra de Steinbeck que después de años de vino y rosas está tan vigente ahora mismo.
ResponderEliminarY queriéndole ver la lectura más positiva, creo que la adversidad deja al descubierto nuestro verdadero yo para bien o para mal y ademas de eso a veces cuando lo has perdido todo eres más libre y más fuerte.
Respecto a lo de estar sonada por lo que ves oyes y lees, creo que es el mejor momento para escuchar solo lo que dice el corazón. Todo lo demás es basura que contamina y nos contamina... como me acuerdo de Facundo Cabral.
Un abrazo. Flori.
Con el rollo de que en casa no gusta el conejo, hace un montón que no como!!
ResponderEliminarA ver si un día de estos me animo, aunque sea sólo para mi...
Besos
Forse io avrei messo un pezzettino di Il barone rampante,che anche lui mangiava il coniglio fatto sul fuoco. Almeno il libro è abbastanza più ottimista di questo di Steinbeck...
ResponderEliminarEs cierto que genera rechazo la carne de conejo pero es bastante más sana para los humanos que las de otros animales y admite muchas formas de prepararlo. Un conejito pequeño de vez en cuando te puede reconciliar con los asaditos de domingo rápidos y baratos, con un poco de Ali-oli Incluso con paciencia y mimo se pueden sacar chuletitas, una verdadera delicia. Pero la paletilla para mí es el mejor bocado.
ResponderEliminarEs curioso que al presentar la cita de Las uvas de la ira recuerde algunos fotogramas de la película, más que la lectura de la novela. Salud.
Maravilloso plato, impresionante.
ResponderEliminarAy... ;)
L' acquolina in bocca...