jueves, 4 de agosto de 2011

Mermelada de arándanos.


Cuando el coche de David se interna en el sendero, Stella sale de entre los arbustos, con un colador lleno de moras. (...)
- ¿Quieres moras, Catherine?- pregunta Stella, comprensiva-. ¿Tú, David?
David niega con la cabeza, pero Catherine coge un par de ellas.
- Estupendas- dice- . Están calientes del sol.
- yo me pongo mala solo de verlas.
(...)
- ¿Qué vas a hacer con ellas?- le pregunta Catherine a Stella-. ¿confitura?
- Ya he llenado unos cinco millones de frascos- responde Stella-. La pongo en unos frasquitos con tapas de esas tan monas y se los regalo a los vecinos demasiado vagos o demasiado listos para coger moras. (...)

Alice Munro, El progreso del amor.



Pues estos tarros no son de moras sino de arándanos y acabo de regalar el último. Y no, no hice unos cinco mil millones, con dos kilos de arándanos me salieron tres tarros y medio, pero esto es solo el principio. D. de Pan, amor y fantasía me había hablado de un centro de cultivo ecológico al que ella solía ir y por fin me animé a hacer un pedido. La Finca el Cabillón se encuentra en Tapia de Casariego y pertenece a la fundación Edes, pinchando aquí tenéis más información. Yo compré tomates (de los que saben de verdad), fabas (llevaron el primer premio en la feria de Grao) y dos kilos de arándanos con los que hice esta mermelada. 
Está haciendo un tiempo horrible en Asturias así que tardes de "bibliografía" sobre mermeladas, confituras, compotas, esterilizados, envasados al vacío, el procesado... Elegí los arándanos porque no soy de sabores muy dulces y además rebajé la cantidad de azúcar. Los tarros bajan a una velocidad alucinante porque utilizo la mermelada para endulzar queso fresco y yogures.

Ingredientes:

- 2 kilos de arándanos.
- 700 gr. de azúcar.

Elaboración:

El proceso es bien sencillo. Lo que más me asustaba era esterilizar bien los botes y sobretodo saber envasarlos al vacío. De esta vez no conseguiré saberlo, porque ya los repartí todos y creo que ya se están consumiendo. Hay un montón de teorías y trucos sobre cómo hacer que podamos disfrutar de la mermelada todo el año, cómo conseguir el punto justo y sobre las diferencias entre mermeladas, compotas, jaleas y confituras. Además de los libros circula un montón de información por la red. Aunque pienso seguir experimentando, os cuento los pasos que seguí yo y la información que me pareció más útil.
Lavamos y secamos la fruta y en una cazuela dispuse por capas la mitad de la fruta, la mitad del azúcar y luego el resto hasta terminar. A fuego medio dejamos unas dos horas hasta conseguir la textura de la mermelada. Tiene que burbujear, pero despacio. Es cuestión de tiempo y de temperatura.

1. Para esterilizar los botes: los coloqué en una cazuela destapados, los cubrí de agua y en la base de la cazuela un trapo de cocina para fijarlos y que no tropezaran unos con otros a la hora de llegar a ebullición el agua. En el agua hirviendo los dejamos diez minutos. Sacamos con cuidado y dejamos enfriar y secar.
2. La cocción: depende de la cantidad de agua que contenga la fruta y de la intensidad del fuego que debe ser media. El punto de la mermelada depende de una substancia que contiene la fruta, la pectina, y  que en combinación con el agua y el azúcar se transforma en gelatina. Es importante conocer el grado de pectina que tiene la fruta que vamos a utilizar y también su acidez, éste último será un factor decisivo para conseguir la conservación y evitar la cristalización. De las cantidades de pectina, agua y azúcar que contenga la fruta que queremos utilizar, dependerá que tengamos que añadir agua, ácido o pectina cuando en el momento de la cocción. Y por último el azúcar, que hace de agente conservador.  Tendremos que remover a menudo con una cuchara de madera.
2. Para envasar al vacío: Opté porque el agua llegara solo hasta la boca del tarro (hay quien los cubre por encima de la tapa), que introducimos bien cerrado y fijamos de nuevo con el trapo, en una olla sin tapa. Llevamos a ebullición y dejamos durante diez minutos. Yo lo hice por la noche así que llegado el momento apagué el fuego y dejé en la cazuela hasta la mañana siguiente.
3. El punto de mermelada: Hay varios métodos, hay quien coge un poco de la mermelada con la cuchara, la enfría unos minutos en la nevera y luego con el dedo presiona y si se "arruga" es que tenemos el punto. También podemos coger un poco con la cuchara de madera y dejar que se mueva hacia los lados si se mueve como si fuera miel es una buena señal.
Para terminar es importante etiquetar los botes, así sabremos el contenido y la fecha de elaboración.
Hace años me regalaron "El libro de las mermeladas, confituras, jaleas y licores" de Lourdes March y además de un montón de recetas hay mucha información sobre estos y otros puntos. Muy recomendable, la mayoría de la información que encontré en la red está sacada de este libro.





Mi abuela hacía una mermelada riquísima de higos, todavía conservo un bote que ya no se puede comer pero no quiero tirarlo. En septiembre estaré a pie de figal para recoger los miguelinos y volver a meterme in cucina. Ya contaré.

8 comentarios:

  1. Pero que pintaza!! mmm... un lujo esta mermelada casera.
    Saludos.

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  2. como me gusta el color de la mermelada..
    yo creo que mas que comerla ..que tambien..me pasaria las horas muertas mirando el tarro..
    bonitas fotos...
    un beso

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  3. Yo compro las frutas rojas en El Malaín, cerca de Gijón. Las coges con tus propias manos y se pasa un rato estupendo.
    Hacer mermeladas es algo relajante y maravilloso, a mí me encanta, pero también las regalo, en casa comemos muy poca.
    Besinos

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  4. !!!Tiene muy buen pinta esa mermelada, Paloma!!! Tengo que hacerla!
    ¡Cuánto jugué de niña en esas escaleras! Y curiosamente en esas escaleras jugábamos a las cocinitas. También recuerdo la mermelada de higos tan buena de mamá, el último bote que yo tenía nos lo comimos en casa de Chiti en una tarta que hice para rendirle un pequeño homenaje el día de su 1º aniversario.
    Por cierto, yo también fui a Malaín, pasé una tarde muy entretenida con una amiga y cogí arándonos, frambuesas y grosellas de las que hice mermeladas y helados. (Pero no llené todavía cinco millones de tarros…)

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  5. Te ha quedado de maravilla. Me guardo la receta.

    Saludos desde Chile ♫

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  6. no me lo puedo creer!!!!!!! muchas de mis recetas las hago con los excelentes productos de la finca El Cabillón, al lado de Tapia, jejeje.......el mundo es muy pequeño. siempre los linkeo en mi post porque la fundación hace una labor magnífica...espero que la Mina de oro no llegue a explotarse porque la balsa de residuos está al lado..........si quieres puedes ver mi post sobre el tema y donde linkeo a la fundación, por cierto tu mermelada estupenda, bssss
    por cierto son excelentes también las patatas, los repollos, los calabacines, las berenjenas...

    http://lacocinadelascasinas.blogspot.com.es/2012/08/oro-no.html

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