No sé cuántas veces habré tenido que hacer el tiramisù. Como postre fácil y rico cuando viene alguien a casa, cuando te invitan y te toca llevar el postre o cuando parece que va en nómina y si te ganas la vida con esto del italiano pues que menos que hacer un tiramisú de vez en cuando. El caso es que no conozco nadie al que no le guste y se hace en cinco minutos, pero ojo, aunque sea un postre de nevera y parezca algo fresco y suave no es un postre ligero. El mascarpone es un queso con alto contenido en nata y si a esto le añadimos huevos, azúcar y café es más bien una bomba calórica. De ahí el nombre, "tirami su", levántame, álzame, por su valor como reconstituyente.
Como sucede con muchos otros platos de la cocina italiana popularizados fuera de sus fronteras, el tiramisù no lleva más nata que la que tiene el propio queso mascarpone. Tampoco lleva gelatina ni licor café. Normalmente añadiendo nata se abarata su coste y conseguimos una mayor consistencia, pero lo que ganamos por un lado lo perdemos en sabor. Y el único licor que se suele añadir es un poco de amaretto para contrarrestar el sabor dulce (a mi este resultado me gusta con el polvo de cacao amargo). Así que nada de nata ni en la carbonara, ni en el tiramisù ni en el cappucino!!
Ingredientes:
- 1 tarrina de queso "mascarpone".
- 3 huevos.
- 3 cucharadas de azúcar.
- bizcochos de soletilla.
- café (una cafetera)
Elaboración:
Separamos en dos cuencos las claras de las yemas de los tres huevos. Batimos las claras a punto de nieve. En el cuenco de las yemas añadimos el azúcar y la tarrina de mascarpone y batimos bien hasta que se forme una crema uniforme. Añadimos las claras a punto de nieve a esta mezcla y revolvemos bien.
En una fuente disponemos una capa de bicochos de soletilla empapados en café. Napamos con la crema. Colocamos otra capa de bizcochos empapados en café y vertemos el resto de la crema. Espolvoreamos con cacao en polvo y dejamos enfríar en la nevera varias horas antes de servir.
A veces el tiramisú queda muy líquido y yo creo que depende de la marca del mascarpone y de su mayor o menor contenido en nata. En esta ocasión lo hice en vasos individuales porque se trataba de aprovechar un poco de queso que me sobraba después de haberlo comido con fresas. El cacao también se puede añadir en el momento de servir.
Pronto!!
¡¡Mmmm!! Uno de mis postres favoritos pero, de momento, aún no he podido encontrar la manera de sustituir el mascarpone para poder integrarlo en una dieta sin lácteos. He visto alguna variante con tofu pero me temo que no es lo que busco. Habrá que seguir dándole vueltas al asunto para buscar una alternativa que no desmerezca al original. Disfrútalo, tú que puedes ;)
ResponderEliminarComplicado lo de buscar alternativas a los lácteos en este postre o todo un reto...
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