- Perdón Señora?
- Digo que las servilletas dobladas en forma de abanico, como lo hacemos siempre cuando recibimos.
- ¿Dobladas en forma de abanico? Bien, señora. Le haré notar no obstante que hace ya tiempo que eso no se estila. Para el almuerzo, la servilleta se pone doblada sencillamente encima del plato. Para la cena, se pone en el platito del pan, también doblada sencillamente y envolviendo el panecillo. Así se hacía, en cualquier caso, en la mansión de Su Alteza Real el Duque de Nemours, donde tuve el honor de servir durante diez años. Pero si insiste la señora, puedo doblarle las servilletas en fantasía, en forma de abanico, de parasol, de cartera, de rueda de bicicleta, de cisne o hasta de imitación de camello. Como desee la señora. Estoy a sus órdenes.
- No concedo importancia a tales nimiedades -dijo la señora Deume, roja como un tomate-. Hágalo como quiera. Son insignificancias.
Bella del Señor, A. Cohen
Pues mire usted Señora Deume, ahora ya no se estila lo de doblar las servilletas, vamos, que en la mesa llaman la atención otras cosas. Lo que ahora se estila es hacer crumbles y cupcakes, y lucir cocottes de todos los tamaños y colores. Y si no mire usted qué mesa tan bien servida, con mis cocottes nuevas, regalazo de M. y G., que fue empezar a cocinar con ellas y vaya golpe de infancia, si parecían los cacharritos que siempre quise de niña.
- 1 o 2 huevos por persona.
- 1 queso de cabra, estos de porción individual son de la semana de productos de Francia de un supermercado.
- unas lonchas de jamón de pato.
- sal y pimienta negra.
Colocamos en el fondo de la cocotte unos trocitos de queso y un par de lonchas de jamón. Cascamos los huevos encima con cuidado de que que no se nos rompa la yema. Colocamos sobre las claras otros trocitos de queso y jamón, sin tapar las yemas. Salpimentamos al gusto. Colocamos la cocotte sobre una fuente con un fondo de agua y horneamos a 190º hasta que veamos que cuaja la clara y se pone blanca pero que las yemas queden casi crudas.
Imprescindible acompañar de pan con mucha miga...
Paréceme delicioso todo.... a receita , o pan e as cocottes!
ResponderEliminarBicos
Eso! para eso son esas cocottes chiquitas, los huevos quedan divinos!! y no se pasarán jamás de moda ;)
ResponderEliminarUna de las formas más sanas de tomarse un huevo, o dos.
ResponderEliminarCon un buen pan y buena fotografía para plasmarlos.
Saludos
Qué bonita presentación! Y por fin encuentro la explicación para hacer huevos e el horno sin que se me cuajen las yemas. Gracias!!
ResponderEliminarUna presecia espectacular y seguro que está rico rico.
ResponderEliminarUn besín.
Es verdad, son igual que los caharritos! Eran mis juguetes favoritos y los fueron de mis hijos cuando eran mas pequeños! Un plato estupendo, esos huevos se comen jugando!
ResponderEliminarQué bueno!!! tengo las cocottes y todavía no he hecho huevos en ella, te lo puedes creer??? Espero no tardar mucho más tiempo! Besos.
ResponderEliminarAyer noche cenamos tu receta. APROBADA con nota alta, aunque no pudimos superar (amén de los intentos) ese pan que luce en tu foto. Habrá un antes y después en nuestros huevos... los de mojar me refiero, ejem.
ResponderEliminarBesos